Javier Ortega Allué

30 de dic de 20141 min.

En tránsito

Hace ya algún tiempo que me venía rondando la descabellada idea de escribir un blog personal, sin otro interés que el que pudiera ofrecer a cualquier lector las reflexiones de alguien que, cumplidos ya los cincuenta, se encuentra más allá de la mitad del camino de su vida. Nada hay de trágico en ello, sino la constatación de haber vivido, de seguir viviendo y no hacerlo de cualquier manera, como si todo fuera igual o tuviera el mismo valor. Atribuyen a Sócrates la frase No merece la pena vivir una vida sin análisis. Sea, pues lo dijo Sócrates. Vivir no es simplemente estar; si así fuera, sería un malvivir. Un mero aguantar envilecedor. Pero no amamos envilecernos, sino la vida más digna posible, aquella que mejor traza nos dé.

Y esto no sucede al comienzo, ni se nos da de golpe. Sucede, sí, cuando vivimos de forma a la vez apasionada y reflexiva. Cuando aunamos en la vida nuestros anhelos y también nuestros esfuerzos. Vivir es una tarea, y de la forma en que yo la he tomado habla este blog personal

#photo

    260
    0