Vida.
A veces me sorprende la velocidad volandera de nuestro tiempo existencial, pero no soy, afortunadamente, de aquellos que se lamentan año tras año por andarse haciendo viejo. Ocurre. En mi trabajo, el paso de los años, cuando se vive esta su ocurrencia de manera reflexiva y feliz, supone casi siempre un incremento de sabiduría vital, aunque acaso sabiduría esa una de esas palabras mayores que hemos de emplear con humilde cautela. Soy enemigo de la nostalgia, por amor hacia el